Prácticamente escribo esta entrada entre la almohada, el metro y la comida de Mila.
Últimamente he corrido una maratón, no se imaginan todas las cosas que debo hacer y todas las otras pendientes que tengo, esto es una verdadera carrera, una maratón.
Por otro lado he estado bastante enferma, tengo sinusitis leve y justo me la diagnosticaron cuando partió, pero el dolor de cabeza es molesto. A eso sumarle que he tenido que comenzar la dieta ya que tengo una condición genética que hace que produzca colesterol como loca, pero de ese tema les hablare en detalle otro día.
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Esta fotito la encontré por ahí, fueron de las pocas que pude recuperar cuando me robaron el celular.
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El día de la foto fue un día hermoso, lleno de sol, calor, alegría, ejercicio y verde, junto a mis amores Simon y Mila.
Un verde día, verde que te quiero verde, verde aroma, verde viento y verde las ramas de mi corazón.
Este momento lo guardo en mi memoria porque lo bueno está en lo simple, lo hermoso está en el momento y la felicidad es eso, sonreír en el instante en que te sientes dichosa de alegría y amor, como cuando abrazas a ese alguien amorosamente y lo quieres apretar o como cuando te tiras a tu cama y aprietas esa almohada, respiras profundamente porque te encanta el aroma que ahí hay, aroma que te hace descansar, reencontrarte con tus sueños y descansar, apagar la luz y decir misión cumplida y mañana si que será otro día mucho mejor.
Así me acuesto hoy, después de varios días de maratón...
Pero siempre feliz de reencontrarme con mis sueños, de hablar con la almohada, de abrazar a ese alguien o a esa criaturira que tanto amo, estar en paz. Cerrar los ojos con una sonrisa placentera...
¡Buenas noches!
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